Es un martes cualquiera de mediados del mes de noviembre. Esa época del año que bien podría ser conocida como la del “mientras tanto”. 

Son esos días de otoño en los que llevas un abrigo de entretiempo mientras que llega el frío. Vivimos el «mientras que» llega la Navidad. Y con – mínimo – un cartel de Black Friday por escaparate, quien más o quien menos tiene ese deseo de hacerse con una ganga «mientras que» bajan aún más los precios.

Pues en mitad de ese ‘mood’ de indiferencia y pausa, un concierto nos obliga a estar presentes de cuerpo y mente. La despedida de SUM 41 nos urge a vivir el instante, nos reafirma la fugacidad de la vida y nos recuerda que todo llega. Ayer vivimos un viaje de ida y vuelta al momento en el que, un género musical nos cambió a muchos: el punk rock.

En Gales saben de punk

Una legión de jóvenes (de espíritu) nacidos a mediados y finales de los 80 se reúnen en el centro de la capital para decir adiós a la banda de Deryck Whibley y compañía. Se abren puertas en el WiZink y los encargados de poner a tono el ambiente son los galeses Neck Deep.

Con la pista bastante llena pero las gradas aún por cubrirse arrancan con la presentación de su quinto y homónimo disco de estudio, nos ofrecen una repaso a su discografía en un puñado de temas. Una puesta en escena rebelde, una actitud eléctrica y buenos rasgueos de guitarra que nos hace presagiar lo que estamos a punto de ver. Y es que, por algo han reconocido en varias ocasiones que SUM 41 son una de sus bandas de cabecera.

Un rápido cambio de backline y ya estamos en el momento que todos esperábamos

Suena «T.N.T». Las luces se mueven al ritmo del himno de AC/DC. De repente se corta y la batería en solitario marca el ritmo de «Motivation», tercer single de ‘All Killer No Filler’, disco que en 2001 los puso en el mapa. El público estalla.

Varios temas encadenados de sus primeros trabajos abren los pogos entre los asistentes más motivados. Y así hasta llegar a «Out for Blood» de su séptimo álbum: ‘Order in Decline’. O como le escuché a un amigo una vez “el peor lugar por el que empezar a conocer a SUM 41”.

Algunas canciones más de esta etapa de la banda, repletas de coros y con un sonido sobre producido que se adaptan perfectamente al directo.

La canción que más les habían pedido y nunca habían tocado

El frontman de los de Ontario nos abre el apetito de lo que está por venir sincerándose sobre la siguiente canción. Dice que nunca la han tocado en directo pese a ser la que más les han solicitado. Un ritmo reggae de guitarra nos desvela que no es otra que «Noots», para después desmarcarse con dos canciones de la primera cara (cielo) de su último ‘Heaven :x: Hell’ (2024).

En este momento: especial atención a las versiones de dos canciones de dos bandas del conocido como Big Four del Trash. Un fragmento del «Raining Blood» de Slayer seguido del solo de guitarra de «Master of Puppets» de Metallica (imposible no acordarse aquí de la actuación de SUM 41 en el especial MTV Icon dedicado a los de San Francisco).

La guitarra con la que empezó todo y que estuvo perdida durante más de 20 años

Con la gente en el Palacio entregada al máximo después del momento covers; Deryck, guitarra en mano, nos cuenta la historia de la Gibson Marauder que sostiene y mira de reojo. Es la guitarra con la que empezó a los 17 años. Con la que grabó sus primeros hits, que sale en los videoclips del principio de la banda pero que, un día le robaron en su propia casa. Al frente del escenario, solo en el provocador con un único foco alumbrando la escena, nos confiesa que ha podido recuperarla hace apenas ocho semanas. El jolgorio es abrumador y el público se arranca en un “F*ck that guy” que corean hasta que vuelve la música.

Aquí empezó la cuesta abajo. Un carrusel de canciones de sus primeros discos que terminó en dos de sus temas más conocidos «Fat Lips» (2001) y «Still Waiting» (2002).

La banda se marchó para el primero de los dos bises

En la vuelta a escena se dejaron querer con «Summer», canción de la demo de 1998 que volvieron a grabar para la publicación de su primer disco. Una última visita a su último disco con «Waiting in a Twits of Fate» primera canción del álbum para terminar en otro de los himnos de su debut: «In Too Deep».

Otro bis. La gente empezaba ya a abandonar el WiZink y solo los más pacientes pudieron disfrutar del broche de oro a su concierto de despedida: «So Long Goodbye» de su disco de 2007 ‘Underclass Hero’.

Satisfechos nos vamos a casa después de haber visto un gran concierto con un sonido contundente y nítido que viene a demostrar que si los canadienses de SUM 41 quieren poner fin a su trayectoria, no será porque estén en crisis.

Esta noche, les llega el momento de decir adiós a nuestro país en Barcelona.