Juanjo Bona se envuelve en sus raíces con ‘Recardelino’, su álbum debut
Para ser artista, no es suficiente tener algo que contar. Todos tenemos algo que contar. Para ser artista, también hay que saber cómo transmitir tus experiencias y tus historias. Y Juanjo Bona lo ha conseguido con Recardelino, su disco debut tras quedar finalista en Operación Triunfo 2023 gracias a una voz virtuosa.
Salir de un programa de televisión, con la repercusión mediática que ello conlleva, es una oportunidad y un obstáculo al mismo tiempo para sus participantes… ¿Qué camino tomar? ¿El de la fama eterna o el de la identidad? ¿Hay una manera de mantener las dos? Tal y como desvela Juanjo Bona en su entrevista en Cuerpos especiales, su salida de OT estuvo marcada por la búsqueda de lo comercial, del éxito superficial. De ahí salió Lo que no ves en mí, un tema pop que ahora no forma parte de su primer álbum de estudio.
Animado por su propia discográfica, el artista se decantó por ser fiel a su esencia: la jota, la cultura tradicional de su tierra, el folclore. Todo ello, fusionado con sonidos contemporáneos. «Mis amigos de Madrid están escuchando por primera vez sonidos folclóricos. En cambio, la gente del pueblo identifica la tradición, pero llevada a otro extremo. Escuchan melodías de toda la vida, pero con una producción loquísima«, cuenta el magallonero para NUEBO. Y esa dualidad es la que define Recardelino, un proyecto cuyo nombre tiene varios significados: es un jilguero en aragonés, es un localismo de Magallón y es la expresión que le decía su abuela cuando era pequeño.
«Es un disco folclórico donde he intentado fusionar la jota con el pop, la jota que he mamado desde que nací«, explicó en la presentación del álbum en Shôko Madrid. Así, Juanjo Bona mira a sus orígenes y a su infancia en el primer trabajo de su discografía, cuya producción corre a cargo de Marcel Bagés y David Soler —a excepción de Golondrinas, tema producido por El Extintor—. Un disco que le llevará de gira por España hasta mayo bajo un título que define el concepto del proyecto: Tan Mayor y Tan Niño.
‘Intro’, el inicio del viaje hasta las raíces
La primera pista de Recardelino funciona como ambientación para transportar al oyente al concepto artístico del disco. En Intro, una voz canta lo que podría ser una nana con sonidos de pájaros de fondo, con silbidos, con coros casi celestiales… Un inicio de viaje que comienza en la tierra para llegar hasta las raíces más profundas.
‘Moncayo’ es hogar
Lo cotidiano impregna el sentido de Moncayo, el segundo sencillo de Recardelino donde Juanjo Bona le canta a la montaña que da título a la canción —también denominada San Miguel—. Moncayo es sinónimo de hogar, donde los tambores y los bombos envuelven los pequeños recuerdos y detalles de un pasado que marca el presente. «En el cuarto de mis padres hay una ventana / Donde a mí me da el sol / Y donde siempre que estoy mal voy a mirar / A lo lejos, y en el fondo, hay una montaña / Que lo ocupa todo«, canta desde la casa que le vio crecer.
‘Villano’, la esencia de la fusión
Con Villano, Juanjo Bona rompe la «carcasa que se encuentra la gente» cuando le conoce, tal y como explicó en Shôko Madrid. Es una respuesta a los prejuicios hacia el carácter aparentemente duro que mostró en Operación Triunfo que, en realidad, era miedo. «Mucho cuidado que te puede hacer llorar / No se lo tengas en cuenta / Ay, ¡qué descaro!, ha vuelto a mirarte mal / Algo habrás hecho, o es su forma de mirar«, canta en el estribillo.
Para sincerarse, el artista se funde en su esencia: la jota, que aparece de golpe hacia la mitad del tema y justo al entrar el puente: «Y con todos ustedes, se lo presento / El pequeño villano que llevo dentro / Que llevo dentro de mí, que llevo dentro / Aunque asuste al principio, no lo pretendo«, dice con las castañuelas de fondo y los coros de Irenegarry. Villano, aparte de ser la canción favorita de Bona, es la pista que mejor define el disco: la fusión pop-folclore, la ruptura entre personaje-persona.
‘Virgen de Magallón’ es la tradición
Para el último sencillo del disco, Juanjo Bona canta una leyenda sobre Magallón —su pueblo natal de Zaragoza con unos mil habitantes—. Así, Virgen de Magallón fusiona tradición y vanguardia para narrar una historia popular sobre la virgen de su tierra, que terminó fugándose de su pueblo por el conflicto de dos familias vecinas provocado por un asesinato. «Virgencica-ca / Se ha asustado-do / Se mudó al pueblo de al lado / Pobrecica-ca / Qué descaro-oh / No es lugar para disparos«, canta en falsete durante el estribillo.
‘Golondrinas’, el abrazo de la infancia
La nostalgia invade a Juanjo Bona en Golondrinas, un bonito canto a la infancia a ritmo de guitarra: «Quiero encontrarle / Quiero que vuelva a amanecer / Voy a contarle cómo estaré / Y verle crecer«, canta el artista en el estribillo como si estuviera frente al reflejo del niño que un día fue. Pero el tema no se construye únicamente desde la nostalgia: también lo hace desde el presente, desde el deseo de extrapolar lo mejor de una etapa pasada a su día a día. «Volar sin parar, como hacen las golondrinas / Quiero anidar en cualquier esquina / Siento que nunca van solas / Y eso es lo que quiero para mí«, dice la primera estrofa para combatir la soledad.
En el vídeo que acompaña al tema, Bona y su creador Dani Tezla representan una estampa cotidiana con niños jugando en el campo, personas mayores en sillas de madera y al propio artista sentado en una roca mientras mira al pasado sin intervenirlo. Porque no puede volver el tiempo atrás, pero sí aprender de él.
‘Me sabe mal’, la nota desenfadada
Como contrapunto al folclore, Me sabe mal plantea una melodía cercana al panorama indie pop actual, donde Bona busca la diversión mientras le canta a la amistad —y, concretamente, a su amiga Irene—. En el tema más desenfadado de Recardelino, la batería protagoniza un estribillo que intenta minimizar los problemas del día a día: «Creo que esta va a ser mi semana, aunque hace mucho calor / Tú no estás, pero si duele, sana, y a mí me duele un montón / Voy a hacer que no me pasa nada / Y a ponerme el bañador, ya habrá tiempo para gestionar todo mejor«, canta mientras le deja «la puerta abierta» a su amiga para olvidarse del mundo. «Juntos«.
‘Mis tías’ es familia
El primer sencillo de su proyecto es una neojota donde Juanjo Bona reflexiona sobre los conceptos tradicionales de familia y hogar. En Mis tías, el artista canta sobre las ocho mujeres que marcaron su paso por el Colegio Mayor Mendel mientras estudiaba en la universidad: Luisa, Paqui, Macu, Bea, Maribel, Choni, Eva y Filo. «Ay, cómo me habéis cambiado la vida / Hay tanto de mí por cada еsquina / Como en esta ciudad donde ya nadie suele parar / Yo me senté y pude encontrar mi nuevo hogar«, dice en un estribillo que reivindica a las personas que se cruzan por nuestro camino y que definen lo que somos y seremos.
‘La plaza y el río’, la primera parte de una dilogía romántica
La octava pista del disco puede interpretarse como un canto al amor por la música o al amor romántico. En la primera estrofa, Juanjo Bona parece reflexionar sobre su paso por OT: «No me hace ilusión, atracción, no siento nada / Esa realidad no es de verdad, es dibujada / Miro atrás, dónde estoy, no conozco a nadie / Y llegas tú, como un avión, aterricé en tus huesos«. El de Magallón busca emociones sinceras en medio de una vorágine de superficialidad, de «ruido«. Como contrapunto, Bona encuentra su «hogar», y a él le dedica la canción: «Me siеnto menos raro porque te hе encontrado / Así, tú y yo junticos, soy feliz«.
‘Nuestra forma de hablar’, el segundo canto al amor
La canción más emocional del disco llega en la pista número nueve con Nuestra forma de hablar, una continuación temática de La plaza y el río donde el amor romántico lo impregna todo a ritmo de guitarra. Con dos estrofas y dos estribillos —misma estructura que el tema anterior—, Juanjo Bona canta sin miedo sobre un sentimiento muy intenso que ni quiere esconder ni quiere cambiar: «Y aunque diga la gente que es mejor para mí / He aprendido a no verte, pero no a dejarte ir«.
El artista reflexiona sobre la importancia de mantener la propia independencia dentro de una relación, algo que contrasta —pero que no colapsa— con la sensación de echar de menos a la persona que tanto amas: «Cuando no estás, siento que falta algo y no me deja respirar / Algo que me da miedo, y no me deja andar / Ni olvidar nuestra forma de hablar, no puedo más«.
‘La magallonera’
Si Me sabe mal es la nota pop del disco, La magallonera es la jota más tradicional. En la décima pista, el artista homenajea la música con la que ha crecido desde niño con una versión de Pulida magallonera, una canción popular que ahora el de Magallón reinterpreta en su forma final en Recardelino tras cantarla en numerosas ocasiones —siendo una de ellas en el concurso Jotalent 2022 de Aragón Televisión, donde Bona se proclamó ganador—.
‘Últimamente’ es la raíz más profunda
La nostalgia vuelve a cobrar forma en Últimamente, la pista que cierra Recardelino donde Juanjo Bona desea volver a sus raíces para no dejarse llevar por la fama, «entre tanto aplauso y entre tanta gente«. Así, desde la distancia, desde «ninguna parte«, el artista canta a su abuela y a sus padres en una canción que funciona como mantra por su uso de la repetición: «Quiero volver donde están mis raíces, donde está quien me vio crecer«, canta en el estribillo.
Al final, el último verso del disco resume la esencia de quién fue, quién es y quién será Juanjo Bona como artista y como persona: «Todo lo que soy y fui, todo lo que perseguí, todo lo que voy a echar de menos«.
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