En una nueva entrevista con Rick Beato (vía Ultimate Guitar), el legendario productor Rick Rubin ha citado a los tres artistas que considera el “punto álgido” de lo que significa ser músico, calificándolos como “algunos de los mejores del mundo”. 

Rubin ha trabajado con toda clase de artistas, desde Metallica hasta Johnny Cash pasando por Slayer, Green Day, System of a Down, U2, Linkin Park, Limp Bizkit, AC/DC, Santana, Sharkira o Lady Gaga. Sin embargo, si se queda con alguien, Rubin elige a Red Hot Chili Peppers, para los que produjo el emblemático ‘Blood, Sugar, Sex, Magik’ (1991) además de todos sus álbumes siguientes hasta ‘The Getaway’ (2016).

Ahora, Rubin se ha deshecho en halagos hacia el buen hacer que tiene el conjunto: «También hay que tener en cuenta que son una banda muy buena. Por eso digo que no soy músico. Son algunos de los mejores músicos del mundo: Chad, Flea y John Frusciante, esos tres músicos, no sé si puedes encontrar mejores músicos que ellos tres. Es el punto álgido. Te guste o no su música, su capacidad para tocar está en otro planeta».

«Lo que oyes es que suena bien, pero suena bien porque lo tocan ellos. Si otras tres personas tocaran esos instrumentos, no sonaría bien aunque tuviera la misma configuración. Ahí está su toque. Son ellos, la forma en que atacan sus instrumentos. Obviamente, se tomaron algunas buenas decisiones en la colocación del micro, pero podrías tener exactamente la misma colocación con otra persona tocando, y no sería igual«.

Preguntado sobre por qué Red Hot Chili Peppers aún conectan con las audiencias de hoy en día, Rubin contestó lo siguiente: «No lo sé, pero creo que hay un espíritu y una energía en la música. Es libre. Están realmente arraigados a esta cosa, y no es un proceso intelectual. Están sintiendo algo, y les llega a través de ellos. Y tenemos la suerte de verlo, porque realmente lo sienten. Y llegamos a una sección en la que John toca un solo y parece que se abre el cielo. Es una locura».

«Cada vez es diferente. Y le sale de dentro. Es increíble ver cómo sucede, como cuando escuchas ‘Under the Bridge’, una canción preciosa. La parte de la guitarra es preciosa, la línea del bajo es inesperada, y todo es salvajemente genial. Todas las partes son interesantes. Ninguna es ordinaria. Podría sonar como una pequeña canción folk, pero son tan originales en su forma de tocar, que es notable. Es como son. Son ellos. Tocan así. Y si les pones micros delante, siguen sonando así«.