Bruce Springsteen ha explicado cómo lidiaba con el consumo de drogas entre los miembros de la E Street Band. (vía Ultimate Classic Rock)

El Boss que estaba orgulloso de cómo él y sus colegas habían sobrevivido a la industria de la música, describiendo sus extremos negativos como un «culto a la muerte«, y añadió que sus conciertos consistían en honrar a los miembros fallecidos Clarence Clemons y Danny Federici -fallecidos en 2011 y 2008 respectivamente- al tiempo que compartían el dolor del público por sus propias pérdidas.

«Una de las cosas de las que se ocupa nuestra banda es el recuerdo«, declaró Springsteen al Telegraph en una entrevista reciente. «Creemos que es importante. Creo que es importante en un país, es importante en una familia, es importante en una banda: honras a la gente que lo ha dado todo».

«Sales al escenario para repararte de tus heridas y tus dificultades, y al hacerlo, intentas hacer lo mismo con tu público. Te diriges a su dolor«.

Springsteen ha conectado estos comentarios a la reciente y prematura muerte de Liam Payne: “No es algo inusual en mi negocio… Es un negocio que ejerce enormes presiones sobre los jóvenes que se pierden en muchas de las cosas difíciles y a menudo dolorosas… y recurren a ya sean las drogas o el alcohol para aliviar parte de esa presión«.

Springsteen continuó: «Lo entiendo muy bien. Quiero decir, he tenido mi propia lucha con diferentes cosas. Toda la banda ha luchado con sus propios problemas».

Un culto a la muerte

Springsteen también indica que las drogas “no fueron algo raro” en la E Street Band a lo largo de los años: «Sin embargo, había un límite», explicó. «Yo no me metía en tus asuntos, pero si estaba en el escenario y veía que no eras tú mismo, iba a haber un problema. Así que establecí una especie de límite en torno a ese escenario, donde la gente tenía que estar relativamente sobria y en su mejor momento”.

«Y siempre digo que una de las cosas de las que me sentía más orgulloso es que si uno de mis compañeros fallecía, lo hacía por causas naturales».

Hablando sobre el infame Club de los 27, la edad a la que muchos grandes músicos como Jimi Hendrix o Kurt Cobain se nos marcharon, Springsteen dice: «La gente sigue cayendo en eso. Es un culto a la muerte… Es una estafa. Esa es una parte de la historia que embauca a algunos jóvenes, ya sabes, pero es esa vieja historia. Morir joven es bueno para la discográfica, pero ¿qué ganas tú?».