El legendario productor Eddie Kramer ha recordado cómo era trabajar con Jimi Hendrix en el estudio de grabación, destacando que el artista no hablaba de música en los términos usuales, sino en colores, cuando describía los sonidos. 

En una charla con The Globe and Mail (vía Ultimate Guitar), Kraver afirma que tuvo una “conexión instintiva» con el icono de la guitarra, explicando que la guitarra y sus efectos no eran percibidos por el guitarrista de la misma forma que el resto de personas.

«No hablaba de música en términos técnicos; utilizaba los colores. Decía: ‘Necesito más morado’ o ‘Añadamos un poco de verde aquí’. Para él, la reverberación era verde, la distorsión roja y cada canción tenía su propia paleta. No se trataba sólo de notas o acordes, sino de crear un sentimiento, de pintar un cuadro con el sonido».

«Realmente no he encontrado ese mismo lenguaje con nadie más. Con Jimi, simplemente sabía lo que quería decir. Era una especie de taquigrafía que hacía nuestras sesiones increíblemente dinámicas«.

Lo que Kramer describe se llama sinestesia, un fenómeno que permite a algunas personas “oir en colores”, asociando sonidos con tonalidades o incluso con formas o movimientos. Se afirma que músicos como Billy Joel, Duke Ellington, Patrick Stump (Fall Out Boy) o Lorde tienen la misma condición.

“Un circo dirigido por un loco”

Según Kramer, aunque las sesiones de grabación con Hendrix eran dinámicas, en ocasiones acaban resultando caóticas, como “un circo dirigido por un loco”, porque el artista estaba rodeado de “parásitos”.

«Siempre había gente por allí: parásitos, músicos, un flujo constante de personajes. Una vez, durante las sesiones de Electric Ladyland, había 30 personas hacinadas en la sala de control, pasando el rato, bebiendo, fumando, haciendo ruido«.

«Al final le dije: ‘Jimi, si queremos hacer esto, tenemos que eliminar a la chusma’. Suspiró y dijo: ‘Sí, tío, tienes razón’. Echamos a todo el mundo excepto a mí, a él y al operador de cinta. En cuanto hubo silencio, clavó la pista en una sola toma«.

«Así es como era: un caos arremolinándose, pero Jimi podía concentrarse. Era la misma intensidad que se veía en sus actuaciones en directo, pero aún más concentrada«.