Aunque Lemmy nos dejara hace casi nueve años, sus cenizas siguen “bastante vivas”, metafóricamente hablando. Como mínimo, el difunto artista sigue ocupando titulares, ahora por el que será el lugar final de descanso (de parte) de sus cenizas.

El pasado mes de agosto, un convoy de 55 motocicletas Harley Davidson llevó un busto con parte de sus restos incinerados al Rock City de Nottingham, donde ahora se exponen. Y ahora, el club de striptease londinense Stringfellows, fundado por el difunto Peter Stringfellow en 1980, acogerá de forma permanente más de los restos mortales del artista.

Las cenizas llegarán a su lugar definitivo de reposo el próximo 18 de diciembre y serán alojadas en una urna con forma del emblemático sombrero de caballería de Lemmy. Su llegada será celebrada con una ceremonia a la que acudirá el guitarrista de Motörhead, Phil Campbell.

En 2016, The Hollywood Times (vía Louder Sound), preguntó a Lemmy dónde le gustaba pasar más tiempo cuando estaba de gira.

«Stringfellows en Londres«, respondió. «Es un club de striptease de alto nivel. Siempre hay una gran acogida. Conozco al dueño, Peter, desde 1964».

«Stringfellows siempre ocupó un lugar especial en el corazón de Lemmy«, dice Todd Singerman, mánager de Motörhead. «Le encantaba el espíritu rock’n’roll que Peter traía al club, le encantaba el ambiente relajado y, desde luego, le encantaban las vistas. Sé que está aliviado de poder volver a disfrutar de uno de sus lugares favoritos del planeta«.

Las cenizas de Lemmy han sido llevadas a muy distintos lugares, entre ellos el festival alemán Wacken Open Air o el Rainbow Bar & Grill de Los Ángeles.

Morir con las botas puestas

En una entrevista con Riki Rachtman’s Cathohouse, el batería de Motörhead, Mikkey Dee, hablaba sobre la última gira de la banda, que concluyó el 11 de diciembre de 2015, sólo dos semanas antes de la muerte de Lemmy.

Mikkey contó: “Esta es la cuestión: si yo tuve que dar el 150 por ciento ahí fuera, y Phil Campbell también, lo otro no me lo puedo ni imaginar. Lemmy debió dar el 500 por ciento para poder aguantar aquellos conciertos. Quiero decir, tocamos el 11 de diciembre de 2015 como último concierto en Berlín, y Lemmy falleció el 28, solo unas semanas después”.

“Y el tipo estaba tocando como loco. Así que, para mí, es imposible concebir que alguien pueda hacer eso. ¿Te imaginas el esfuerzo que le costó mantenerse en el escenario? Se me ocurrían todo tipo de ideas… Porque él también tenía problemas de espalda, y decía: ‘El bajo pesa tanto que la espalda me arde’. Pero eso debió ser parte de su enfermedad, ahora, pensándolo después. Pero tenía problemas de espalda. Así que dijo que tenía que apoyarse en una pierna a la vez. Y era como si tuviera fuego en la espalda. Y yo le dije: ‘Quizá deberías sentarte en un taburete y…’ Y él dijo: ‘De ninguna manera, Mikkey. ¿Estás loco? Nunca me sentaré en un show’. Y de nuevo, sin comprometerse, sin cambiar nada. Así que todo el mérito fue de Lem. De verdad murió con las botas puestas. A veces pienso en aquella gira y me parece increíble que pudiéramos llevarla a cabo«, finaliza Dee.